Droga.

Tentación perenne. Donde quiera que ande, tome coca cola. Viví bombacha. No importa cuanto brilles, lo que importa es que nunca dejes de consumir. Volviendo, cuesta escaparle. No alcanza con el taladro en la cabeza, aunque a veces ayuda, y bastante. ¿O era el otro? Más que un cruce de caminos, una parada de varios bondis. No sabés a dónde te llevan, pero estás seguro que el camino es una mierda. Porque te das una idea de dónde estás. Más allá de que siga sin saber a dónde quiero ir. Ochenta.

Y bueno, la primera te la regalan, ¿no? No vaya a hacer falta buscarle los Metales Pesados. El pasado, cuchillo de palo. Lo que sí cuesta es tomar Distancia. Más que contar partículas.

Golpe tras golpe uno va a endureciendo la carne para no dejar que entre el agua. Difícil cuando ya está todo inundado. Y bueno, a remarla.

¿Realmente estará todo dicho? O escrito, bah. Seguimos con las Gazozas. Ahi va, volviendo de una vez. IRAM y la roncha de tu etiqueta. En dos. Ah, y recursos en menos cinco.

Blanco, más bien negro, ¿eh?. Como las perspectivas a futuro. Colombia, Bolivia. Berazategui. Más o menos; sin respuesta, debo estar fuera del área de cobertura.

Bueno, me tomo un bondi y vuelvo. Mientras tanto, por el próximo mes disfrutaremos de Joyas de la Cultura a Medio Escribir, con derechos de autor y todo. Bueno, en parte; y entero o a pedazos me retiro por hoy. Soy Troy McClure, tal vez me recuerden. O tal vez no. Veremos.